Jucuapa

Se me olvidaba contar que durante el fin de semana conocí Jucuapa. Está al oriente, entre la capital y San Miguel.

Lo que más destaca son los comedores. Son "casinos" que funcionan como en los frontis de las casas y en los que se puede comer un abundante plato de comida típica por menos de 1,50. Y como en todo el país, desde el desayuno se puede comer "casamiento" (frijol frito molido con arroz) y un montón de otras cosas que dejan las arterias pidiendo piedad (llegaré rodando).

Otra cosa, y lejos lo más freak, es el mercado. Se puede encontrar casi de todo, pero absolutamente de dudosa procedencia: papayas, huisquiles, tamarindos, pepesca (son como anchoas chicas), etc., todo probablemente con coliformes, jajajaa. De ese lugar es el único en que no probé bocado.

En pueblos rurales funcionan los "mototaxis". Son motos tipo scooter con una carcaza metálica que forma un techo. Caben 2 personas. Si bien son rápidos, no son menos peligrosos que andar en los pick ups de las camionetas; es que los "bichos" (niños) que los manejan, parece que están medios poseídos... manejan como santiaguinos.

Jucuapa es chiquito y re caluroso, como Vicuña, pero mucho más pobre y sucio.

Es una pena que las carreteras, pueblos y ciudades estén aun más sucios que en Chile... sí, increible!. Pero la gente es muy servicial.

No solamente en el pueblo, sino en todas las partes los salvadoreños han sido super serviciales, pero son gente humilde, que habla poco. No se abrazan para desearse feliz cumpleaños; contrario a lo que uno pueda creer no son muy de piel (quien habla, la que abraza cada mil años!).

Como les escribía a algunos en un mail, este país ha quedado demasiado macado por las guerras civiles. Es un país de autoestima baja y con miedo... una pena.

Ahora sí que al próximo les hablo más del hospital y de las prácticas, jajaja.

Besos!